"La arquitectura abarca la consideración de todo el ambiente físico que rodea la vida humana : no podemos sustraernos a ella mientras formemos parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas...
La expansión del mundo romano se basó en una red de miles de
ciudades a lo largo del Imperio, que difundieron el modo de vida
urbano. Esta reconstrucción ideal de una ciudad nos servirá para
describir sus elementos con más detalle. Todos los núcleos de
población importantes estaban protegidos por una muralla, en la que se
abrían varias puertas. Muy importante era el foro o plaza pública, un
espacio abierto de carácter monumental. Para garantizar el
suministro de agua, los ingenieros romanos construyeron largos
acueductos, que la llevaban a la ciudad desde lejanas distancias. Las
termas constituyeron uno de los edificios básicos para toda urbe, pues
los romanos fueron grandes aficionados a los baños públicos. En ellas,
los ciudadanos podían disfrutar en su tiempo de ocio haciendo gimnasia
o bien podían hacerse dar un masaje. La sociedad romana invertía
gran parte de su ocio en acudir a espectáculos, que se representaban en
teatros, anfiteatros y circos. Los anfiteatros, en los que se
celebraban combates de gladiadores, se hacían a veces siguiendo el
modelo del Coliseo de Roma, en el que cabían hasta 50.000 espectadores.
Otro edificio importante era el circo. En él se desarrollaban
espectáculos como las carreras de cuadrigas. Para ello tenía una pista
ovalada, dividida por un muro central adornado con estatuas y trofeos,
mientras que a los lados se situaban los graderíos. Pero en la
ciudad romana también existían edificios dedicados al culto, como
basílicas o templos. Estos últimos albergaban las múltiples divinidades
del panteón romano y, aunque podían ser de varios tipos, se
caracterizaban siempre por su simplicidad y equilibrio. Por
último, las ciudades romanas se caracterizaban por su abigarrado
conjunto de viviendas, agrupadas en manzanas más o menos regulares.
Quienes podían permitírselo, habitaban en casas de una sola planta.
Éstas contaban con un atrio o patio central, desde donde se accedía a
las principales estancias, algunas decoradas con mosaicos. Si era
posible, un patio exterior servía para solaz de sus habitantes. ARTEHISTORIA
FUENTES :
WIKIPEDIA /http://es.wikipedia.org/wiki/Arquitectura_etrusca
ARTE ESPAÑA/ http://www.arteespana.com/arquitecturaetrusca.htm
PINTURA ETRUSCA .
Los etruscos, pobladores de la antigua Etruria (centro de Italia, entre los ríos Tíber y Arno) a quienes los griegos llamaban tirrenos y que probablemente descendían de los pelasgos
o heteos, cultivaron el arte de forma simultánea a los dorios y tal
vez, con anterioridad a los mismos pues ya desde unos diez siglos antes
de Cristo se hallaba el pueblo organizado.
LAS MURALLAS CICLÓPEAS DE VETULONIA .
ORDEN TOSCANO .
Columna lisa y disminuida de catorce módulos, con su basa y capitel.
Una de
sus principales aportaciones de la arquitectura etrusca al mundo
occidental posterior es la búsqueda de verismo en sus manifestaciones.
Por ejemplo, las tumbas se construyen a imitación de las casas.
La
arquitectura etrusca lega al mundo romano una serie de características
urbanísticas, arquitectónicas y artísticas muy importantes:
Forma
de concebir las ciudades: la manera de realizarlas, la forma de las
murallas, las puertas, su sistema de saneamiento, etc.
Disposición y forma de los templos.
Los mausoleos romanos derivan de los túmulos etruscos.
El uso del arco y la bóveda.
Características de la arquitectura etrusca
El
material empleado por la arquitectura etrusca fue piedra de mala
calidad, especialmente como refuerzo (en basamentos, ángulos, etc.) y
no utilizan el mármol. También emplean la madera, especialmente para
las cubiertas. Además usan el ladrillo cocido y el tapial.
Aunque en
la arquitectura etrusca se usan formas adinteladas, emplearon de forma
mayoritaria el arco y la bóveda.
La
columna es el soporte preferido y es bastante sencilla, sin partes
fijas. Tiene relación con la dórica y dará lugar a la columna toscana.
Los capitales no tienen forma definida, sino que se realizan con
libertad. Tienen equino, ábaco y plintio, basa con gran toro y el fuste
es liso.
Frecuentemente, los templos estuvieron recubiertos de placas de terracota. También emplearon la policromía.
Las ciudades. Urbanismo y arquitectura civil
De la arquitectura civil casi todo se ha perdido, pero se saben algunas
cosas gracias a la excavación de la ciudad de Marzabotto, al suroeste
de Bolonia, que fue fundada hacia el 500 a.C.
La ciudad
etrusca era cuadrangular, estaba dividida en cuadrículas y rodeada por
una muralla que tenía puertas principales de entrada que daban a las
dos calles más importantes que se cruzaban.
Las puertas de la ciudad etrusca eran sencillas. Se abrían entre dos
torreones mediante arco de medio punto en el que había genios como
dioses protectores en la clave y en las almenas. La muralla estaba
hecha de piedra colocada a hueso.
Las casas eran muy simples, similares a chozas circulares fabricadas con tapial y cubiertas por ramas.
Este
modelo de vivienda varió en el siglo VIII, pasando las casas a ser
cuadrangulares, morfología que heredó posteriormente Roma. Se conocen
principalmente por ciertas urnas funerarias que se hacían imitándolas.
Estas
viviendas tenían un patio central alrededor del cual se construían las
habitaciones. Había una única puerta de entrada. El patio tenía un
impluvium en el centro y la cubierta era a cuatro vertientes hacia el
interior. Otra variedad era el despluvium, con la cubierta con cuatro
vertientes hacia el exterior. Las tejas de la cubierta eran planas y
las columnas estaban realizadas con materiales pobres o de madera.
Ciudades Funerarias
Durante la civilización etrusca existieron muchos tipos de enterramientos.
En la mayoría de los casos se trataba de urnas con cenizas.
Tumba
de fosa o pozo: es el tipo más simple de enterramiento, para la gente
más humilde. Consiste en un pozo excavado en el suelo cubierto por una
lápida horizontal o con dos lápidas formando una especie de tejadillo.
Hipogeo:
son cámaras excavadas en la roca, para gente más noble, y que aparecen
ya a partir del siglo VI. Se imita el interior una casa y se cierra con
una puerta, aunque muchas veces hay una falsa puerta. Estas tumbas
muchas veces están situadas una junto a la otra formando calles y
creando verdaderas ciudades. Cuando esto sucede son llamadas tumbas a
dado.
Túmulo.
Existieron en los siglos VII y VI. Fue el tipo de enterramiento más
llamativo ya que había un túmulo de tierra hacia el exterior que podía
tener hasta 40 metros de diámetro. No estaban alineados de forma tan
clara como las tumbas a dado pero también crean ciudades. Estaban
formados por un pasillo que llevaba a distintas cámaras. La cubierta
era adintelada y a veces a doble vertiente, y en el interior había
decoración en relieve para imitar el interior de una vivienda:
pilastras, ventanas, bancos, sillas, etc. Encima, se ponía un tambor de
piedra sobre el que iría la tierra que formaría el túmulo. A veces se
colocaba algo encima, como un árbol.
Los Templos etruscos
Los templos etruscos estaban situados fuera de las ciudades, en una
explanada que fuera un lugar elevado. En un principio, era un lugar
abierto delimitado simbólicamente donde los augures leían el vuelo de
los pájaros.
Más
tarde, los templos etruscos se cubrieron. Eran cuadrangulares y estaban
formados por una cella, que en algunas ocasiones se hace triple. Este
será el tipo más característico. Se construyen sobre un basamento de
piedra y todo lo demás estaba realizado con material pobre revestido
por placas de cerámica policromada que no nos han llegado.
Para
acceder a él, había una escalinata en la parte delantera. A
continuación, había columnas formando un vestíbulo o atrio. A veces
también había columnas en los laterales pero en ningún caso en la parte
trasera. La estructura era adintelada y al exterior se muestra a doble
vertiente. La cubrición es única para las tres cellas, pese a que la
central es más ancha. También había frontón, donde se colocaron
esculturas de terracotas a partir del s.VI.
Así pues,
el templo etrusco se diferencia del griego por la falta de krepis, la
ausencia de proporciones, la triple cella y la falta de pórtico trasero.
Todas las ciudades griegas antiguas contaban con una acrópolis, la parte más alta de la ciudad, que servía como lugar de defensa ante eventuales ataques y santuario para los dioses locales. La Acrópolis de Atenas es la más famosa y su disposición actual data de la época de Pericles, en el siglo V a.C.
Al conjunto de la Acrópolis se accedía por los Propileos, dejando a la derecha el Templo de Atenea Niké y a la izquierda la Pinacoteca. Las dos estructuras principales eran el Partenón y el Erecteión. Estos edificios se complementaban con otros menores como el Recinto del olivo sagrado, el Brauronion o la Calcolteca.
Al recinto se accede a través de una empinada rampa y unas escaleras
que nos acercan a los majestuosos Propileos construidos por Mnesikles,
levantados con mármol blanco del Pentélico. Esta vía ascendente era una
monumental puerta de acceso al recinto, que se iba abriendo a la vista
del visitante a medida que subía los escalones.
El edificio más importante de la Acrópolis es el Partenón, templo
dedicado a Atenea Partenos -Virgen, en griego- la diosa protectora de
la ciudad. Iktinos y Calícrates son los arquitectos que diseñaron este edificio, mientras que la decoración corrió a cargo de Fidias. En el frente observamos ocho columnas de orden dórico, que se repite en las columnas de los laterales. Los relieves del frontón están dedicados a los dioses del Olimpo,
mientras que en las metopas apreciamos cuatro famosas luchas
mitólogicas. En el friso se dispuso la procesión de las Panateneas.
Frente al Partenón se encontraba el magnífico Erecteion, abierto a los
cuatro vientos. El edificio, proporcionado y sutil, combina diversos
lugares de culto relacionados con Atenea. Formando un saliente sobre
una pared desnuda, destaca el bellísimo Pórtico de las Cariátides,
gráciles estatuas de mujer que sostienen sin esfuerzo aparente la
cubierta.
El magnífico recinto de la Acrópolis y el Partenón quedó seriamente
dañado en 1687, cuando los venecianos dispararon un proyectil sobre el
edificio, que en aquellos momentos había sido convertido por los turcos
en un polvorín, tras haber sido anteriormente mezquita.
El Partenón como modelo arquitectónico .
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Los
arquitectos neoclásicos tomarán como modelo constructivo uno de los
edificios emblemáticos de la antigüedad: el Partenón, levantado en el
siglo V antes de Cristo por Iktinos y Kallikrates en la Acrópolis
ateniense para albergar la estatua de Atenea Partenos, modelada en oro
y marfil por Fidias.
En Francia Soufflot utiliza este esquema para la construcción de la iglesia de Santa Genoveva, hoy Panteón de Hombre Ilustres, levantada entre 1757 y 1790. Vignon lo repite en la parisina iglesia de la Madeleine, edificada entre 1807 y 1842.
En Inglaterra se emplea el mismo esquema en el Templo de la Concordia y
la Victoria, erigido en Stowe hacia 1748 por Richard Greville, al igual
que Robert Smirke en la fachada principal del British Museum, ejecutado
entre 1842 y 1847.
En Alemania uno de los grandes impulsores de este esquema será Leo von Klenze quien lo empleará en primer lugar en la edificación de la Gliptoteca de Munich, levantada entre 1815 y 1830 y lo perfeccionará en el Valhala del pueblo alemán, erigido entre 1830 y 1842.
En España Ventura Rodríguez no dudará en emplear este modelo en la fachada de la catedral de Pamplona de 1783, de la misma manera que Juan de Villanueva utilizará un esquema similar en la fachada principal del Museo del Prado, la actual puerta de Velázquez, levantada en 1785.
Estados Unidos será uno de los países donde mayor éxito alcanzará la
arquitectura neoclásica. El Capitolio muestra este esquema en sus dos
fachadas, construidas en 1827 por Thorton y Bulfinch, al igual que el
diseño del Banco de Pensilvania realizado por Benjamín Latrobe en 1799.
Los
egipcios estaban convencidos de que su vida eterna dependía de la
conservación del cuerpo por lo que el sepulcro donde es enterrado
tendrá una gran importancia, especialmente para los grandes personajes.
El tipo normal de sepulcro es la mastaba,
enorme banco en forma de pirámides truncadas. Por bajo del nivel de
tierra, en el fondo de un pozo al que sólo se accede por la parte
superior y que se rellena de arena tras el sepelio, se encuentra la
cámara funeraria donde se deposita el sarcófago. En la tercera dinastía
se emplearán como sepulcro pirámides escalonadas constituidas por pirámides truncadas superpuestas como la del faraón Zoser en Sakara. En la dinastía siguiente se emplearán ya pirámides perfectas, siendo las más importantes las de Keops, Kefrén y Mikerinos.
La Gran Pirámide de Keops tiene casi 147 metros de altura y 230 metros
por cada lado de su base. Contemplamos una sección transversal en la
que se aprecian todos sus elementos: la entrada se encuentra en el lado
norte, a 18 metros de altura; de ella parte un corredor en rampa de más
de 100 metros que penetra en el subsuelo de roca hasta una cámara
inacabada que no será utilizada ya que se decidió situar la cámara del
sarcófago en la masa de la pirámide. Para ello se construyó un corredor
ascendente que se continúa en dirección horizontal hasta la mal llamada
Cámara de la Reina. Entre el inicio de la Gran Galería y el corredor
descendente se construye un pasadizo de escape. También de la Gran
galería y de la Cámara funeraria parten dos conductos de ventilación
que las comunican con el exterior a 76 metros de altura.
Las pirámides de Egipto son,
de todos los vestigios que nos legaron los egipcios de la Antigüedad,
los más portentosos y emblemáticos monumentos de esta civilización, y
en particular, las tres grandes pirámides de Giza, las tumbas o cenotafios de los reyes Keops, Kefrén y Micerino, cuya construcción se remonta, para la gran mayoría de estudiosos, al periodo denominado Imperio Antiguo de Egipto. La Gran Pirámide de Giza, construida por Keops (Jufu), es una de las siete Maravillas del Mundo.
FUENTE : WIKIPEDIA
PIRÁMIDES DE GIZA .
Pirámides de Jufu (Keops), Jafra (Kefrén) y Menkaura (Micerino), en Giza .
El arte asirio se apropió de las formas caldaicas,
tanto en edificios como en inscripciones si bien en éstas abandonó la
lengua proto-caldea, usando la asiria y en aquéllos construyó con más
solidez, suntuosidad y perfección en el ornato. Aunque en Asiria no
escasean las canteras de piedra y de los montes próximos de Armenia se
extraían buenas calizas y mármoles, los asirios construían con
ladrillos y adobe a imitación de los caldeos y sólo echaban mano de la
piedra para revestimientos de muros y para la base de los edificios,
los cuales fueron principalmente torres y palacios. Apenas se sabe nada
de las tumbas en el imperio asirio y, no cabe duda que no se
preocupaban por ellas cuando no han dejado muestras relevantes. Las
torres o zigurats se componían de siete plataformas con igual destino y
significado que en el arte caldeo. Pero se diferenciaban de éste en que
no tenían escalinata exterior ni rampa (salvo la que servía para el
terraplén inferior) franqueándose el acceso a las plataformas
superiores por escalera interior que partía de un vestíbulo con su
puerta monumental situados al pie del edificio en una de sus caras.
Había, además, otros templos menores para divinidades secundarias, ya
en forma de pequeñas torres, ya como edículos o templetes con su
frontón al modo griego, aunque rudimentario.
Los Palacios de la arquitectura asiria
Los palacios que en la arquitectura asiria
ofrecen extraordinaria importancia, se elevan así mismo sobre grandes
plataformas o terraplenes con planta rectangular prolongada y
orientados como las torres. Encierran en su perímetro grandes patios,
alrededor de los cuales se alzan los cuerpos de edificio divididos en
diferentes salas de extraordinaria longitud cuyas paredes interiores
más ricas y a veces incluso los pavimentos se cubrían hasta cierto
punto con láminas de alabastro, adornadas en los muros con relieves
historiados e inscripciones y más arriba se revestían los muros con
ladrillos esmaltados o azulejos que ostentaban hermosa pintura
policromada. El bronce y el oro abundaban así mismo en estas
decoraciones palatinas. Es lo más probable que no tuvieran los palacios
más que un solo piso y que recibieran la luz por el techo el cual se
hacía plano y se adornaba con madera esculpida. Junto al palacio real
se elevaba la torre-templo.
Aunque los asirios conocieron la bóveda, tanto falsa
como verdadera (de medio cañón y apuntada) no dieron gran importancia a
estos elementos arquitectónicos pero sí al arco de medio punto y al
elíptico para las puertas monumentales. Tampoco hicieron frecuente el
uso de las columnas a juzgar por los restos hallados y es probable que
construyeran éstas de madera sobre zócalo redondo de piedra. Junto a
las puertas principales de los palacios reales, como para defender la
entrada o simbolizar el poder, había colosales figuras de esfinges
aladas, a veces, de cinco metros de altura, que por lo común tenían
cabeza de hombre (androsfinges) con barba rizada, el cuerpo de toro o
de león y las alas de águila, esfinges que, por otra parte, ya habían
empezado a usarse en el arte caldeo primitivo. Entre los motivos
ornamentales se hallan muy habitualmente las grecas, piñas, palmetas,
rosones, las acciones guerreras y las cacerías.
Las Ruinas de la arquitectura asiria
Las ruinas de ciudades asirias más exploradas por los
arqueólogos son las de Nínive, Nimrud o Halah (la Chale del Génesis) y
Elleasur las cuales tenían elevados muros, defendidos por numerosas
torres y encerraban magníficos palacios. Los más notables de entre
dichos palacios, cuyas ruinas se han descubierto y estudiado son
- el de Asshurnasirpal (Sardanápalo I) y el de Salmansasar II con su famoso Obelisco negro, ambos en Nimrud, siglo IX a.C.
- el de Assarhadón, en la misma localidad, siglo VII a.C.
- el de Sargón II o Sarkín, en Kórsabad, siglo VIII a. C. Estaba
decorado con veinticuatro pares de toros alados y unas dos mil losas de
piedra esculpidas y colocadas por dentro y por fuera, a lo largo del
muro.
- el de Senaquerib. Era un palacio semejante al de Sargón aunque no tan extenso.
- otro de Assarhaddón, embellecidos éste y el anterior por Sardanápalo II (Asshurbanipal)
El arte del segundo imperio babilónico no se
diferencia del asirio sino en el uso exclusivo del ladrillo para las
construcciones y en que abunda más la decoración pictórica y de relieve
de sus ladrillos esmaltados para revestimiento, en vez de los de mármol
que se usaban en el arte precedente. Las torres y las tumbas, sin
embargo, seguían en la baja Caldea la forma ya descrita del primer
Imperio.
Célebre ha sido en todos los tiempos la gran ciudad
de Babilonia embellecida sobremanera en este último periodo por
Nabucodonosor II el grande (605 a.C. al 562 a.C.). Medía en esa época
unos 514 kilómetros cuadrados de área. Sus gigantescas murallas se
elevaban 106 metros de altura y contaban 26,5 metros de espesor. Su
famoso templo de Belo con la torre abrazaba un perímetro de 1.480
metros, elevándose a 185 metros de altura. El puente sobre el Eúfrates,
río que lo atravesaba diagonalmente contaba un kilómetro de largo por
diez metros de ancho, siendo también colosal el túnel que pasaba por
debajo del mismo río, el primero que se conoce en el mundo. Los
jardines pensiles o construidos sobre pilastras y arcos, los palacios,
las fortalezas y los templos (que llegaban a los cuarentaytrés), todo
era soberbio y colosal según atestiguan las ruinas que hasta hoy nos
han llegado. Entre ellas, destacan dos zigurats antiguos pero
reedificados por Nabucodonosor que han obtenido fama universal por los
recuerdos que van unidos a los mismos. El mayor es el llamado
Bit-Sagatu, en Babil o templo de Belo que debió elevarse 185 metros
(mayor altura que las pirámides egipcias, aunque hoy mide 40) con otro
tantos de base. La otra es Bit-Zida en la acrópolis Borssipa que
alcanzó los ochenta metros de altura y setecientos de lado en su base.
Esta es probablemente en su origen la torre de Babel.
A pesar de la grandiosidad y de la fastuosa
exornación que distingue a la arquitectura caldeo-asiria, se halla ésta
desprovista de verdadera elegancia, es pobre o muy sencilla en sus
líneas y pesada y monótona en sus formas. En la forma piramidal de las
torres, en el número de sus cuerpos, en la orientación y otros detalles
hay que reconocer gran simbolismo religioso, como ocurre en la
arquitectura egipcia.
El monumento principal en
Asiria no es el templo sino el palacio. El monarca es el dominador de
pueblos y caudillo de expediciones guerreras y para su goce y señal de
omnipotencia se levanta el palacio. El mejor conocido es el de
Jorsabad, construido por el rey Sargón en el siglo VIII a.C. Estaba
edificado sobre una enorme plataforma con varias rampas de acceso y se
encuentra dentro de un recinto amurallado reforzado por torres. La
muralla tiene varias puertas monumentales defendidas por gruesos
torreones, flanqueadas por gigantescas estatuas de toros alados de ocho
patas. Las dependencias se organizan alrededor de diversos patios. El
principal tiene al fondo el gran salón del trono. A la izquierda se
levantan el zigurat y, dispuestos alrededor de sendos patios, los tres
templos al dios visible. En el lado opuesto y teniendo también como eje
un gran patio se encontrarían las dependencias administrativas y las
habitaciones de la servidumbre. Sobre la meseta, separado del palacio,
se levanta el hilani, pequeño templete con columnas de influencia
hitita. Los relieves que decoran el palacio hacen referencia a la vida
del rey Sargón, destacando las parejas de toros antropocéfalos alados.